Contexto histórico de la Iglesia en los siglos V-VII

El concilio de Calcedonia con el canon 28 originó un problema político al concederle igualdad de privilegios a Roma y Constantinopla y le sumó a esta situación polémicas al interior de la Iglesia como en sus relaciones con el estado. El papa León Magno intervino en esta situación proponiendo el orden divino y el civil, afirmando que en el divino procede lo apostólico y no lo político. 


El interés del emperador por los problemas eclesiales como la unidad, la cohesión orgánica y las misiones originó una especie de teología política, el cesaropapismo bizantino y la disminución de la libertad de la Iglesia frente al estado. Y se funda el precedente q ningún gobierno es señor de la Iglesia, porque solo ella puede legislar en materia de fe, moral y disciplina eclesiástica. 

Los bárbaros 

A la muerte de Teodosio I la división del imperio se marcó mucho más. Sus hijos, Honorio en occidente con sede en Roma, y Arcadio en oriente con sede en Constantinopla, en cuyos territorios se padecía por la presencia de los bárbaros (no hablaban griego ni latín y se ubicaban al norte del imperio romano) y loa que se les hacía frente de con políticas diferentes: occidente los enfrentaba o negociaba con ellos, y oriente los desplazaba hacia occidente; esto ocasionó un distanciamiento político y cultural. Luego de la lenta tolerancia a los bárbaros que se dio con la fijación de tratados y treguas, Occidente finalmente cayó bajo su dominio. Por ser pueblos sacrificados, física y espiritualmente sanos, con una cultura propia el nace de esta mezcla la cultura occidental cristiana. 

La caída de Roma 

A la muerte de Honorio (423) ocurrieron una sucesión de hechos lamentables para el imperio: la coronación de un emperador no idóneo, la llegada de desmedida de los bárbaros a Italia, hasta el punto de que algunos fueron vinculados al ejercito; la pérdida del dominio en el Mediterráneo por parte de Roma, la incapacidad de algunos emperadores de ejercer su autoridad y la intervención de oriente en occidente. 

La caída del imperio en occidente trajo como consecuencia la aparición de nuevos reinos que obligaron una conformación territorial a base de invasiones y migraciones que introdujo el cambio del mundo antiguo al medieval. Junto a estas realidades se ubica la progresiva barbarización de occidente, que con el paso de los siglos dio origen a una nueva identidad histórica. 

Después de valentiniano III, los emperadores no fueron más que sdombras que ya no ejercían el poder efectivo; tal era la situación, que los invasores derribaban y ponían a los emperadores que eran como juguetes en sus manos. En el 476 las fuerzas imperiales fueron vencidas en Piaccenza por los Hérulos al mando de Odoacro, después Romulo II Augusto, hijo de Orestes, fue depuesto y confinado a Nápoles y Odoacro se proclamó rey; y así, se produjo la caída de Roma, que después de una serie de sucesos, se ha podido tomar esta fecha como el punto de quiebre para la historia del imperio de occidente. 

Por su parte, el imperio de Oriente no cayó por algunas razones: una política diferente frente a los bárbaros, la estratégica fortificación de algunas ciudades, como es el caso de la doble muralla de Constantinopla lo cual le permitió resistir hasta 1453 cuando cayó en poder de los turcos. 

La irrupción del Islam 

El soporte histórico, político y religioso de esta época está permeado completamente por la conciencia de la sumisión a Dios. La doctrina propuesta por Mahoma se inserta en las grandes religiones monoteístas de libro: un solo Dios, Alá; un profeta, Mahoma; un libro, el Corán (que contiene doctrinas monofisitas, nestorianas y docetas), código religioso y político con disposiciones precisas en sus 114 suras. 

Las luchas internas en los grupos árabes causadas por las traiciones cometidas por Bizancio y Persia, generó un vacío que fue colmado por las enseñanzas de Mahoma y bajo estas se logró la pacificación de las tribus árabes creando un solo pueblo bajo una fe que con inusual fuerza se extendió por el oriente medio, que en algunas regiones del imperio romano fueron vistos como libertadores por la propuesta de su monoteísmo intransigente, conformismo político y religioso sin posibilidad de oposición, fideísmo, fatalismo, y combinación de fe, ley y nación. A lo que se le sumó el desgaste de los imperios mencionados a causa de los largos periodos de guerra. 

La conquista árabe significó pérdida de inmensos territorios, provincias cristianas, lugares de peregrinación y grandes centros intelectuales; el fin de aquella ficción “un imperio, una Iglesia”; y la adquisición de una mayor homogeneidad de la Iglesia ortodoxa de oriente. El problema fundamental, más allá de las connotaciones políticas, consiste en reto típico de una mentalidad semita que esta nueva religión supuso para el cristianismo. 

Los cristianos en el mundo islámico en el siglo VII vivían en un ambiente de tolerancia siendo incluso aceptados para cargos administrativos; con el tiempo y ante la resistencia cristiana, algunos templos cristianos fueron convertidos en mezquitas. De esta manera la conquista árabe significó la pérdida de inmensos territorios, provincias cristianas, lugares de peregrinación; y el fin de aquella ficción (un imperio, una iglesia) dando así una mayor homogeneidad de la iglesia de oriente. 
Cf. PATIÑO, José Uriel. Historia de la Iglesia Tomo I. La Iglesia, comunidad e institución protagonista de la historia siglos I-VII, San Pablo, 3ª ed, Bogotá 2009. pp 201-211.

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