El mundo Romano en los inicios del cristianismo


A la muerte de Alejandro Magno (323 a.c) el imperio que había fundado se dividió y empezó a surgir Roma, que poco a poco se convertiría en el gran imperio. En el cristianismo primitivo el imperio romano se extiende desde Las Galias pasando por Asia Menor hasta el cercano oriente abarcando el norte de África. 

La historia de Roma se puede dividir en tres épocas: 

       - Monarquía (751 a 509 a.c), que va aproximadamente desde su fundación hasta la caída de los reyes 

      - República (509 a 32 a.c): esta época comprende tres periodos definidos. El primero hasta 264: los nobles derrocaron a los reyes estrucos y organizaron la república en provecho propio por la misma época en que Atenas evolucionaba hacia la democracia. Luego, el periodo de la republica surge cuando termina los conflictos por la tierra aquí se da la conquista el mediterráneo. Expansión a Grecia, Macedonia, Siria, y España, hasta 133 a.C. El último periodo de la república va hasta el 32 a. C. Es un siglo de luchas entre la oligarquía senatorial y los plebeyos capitaneados por los por los caudillos militares. 

      - Imperio (32 a.c a 476d.c) En riente va hasta 1453. Ëoca del gobierno d elos emperadores apoyados en ls fuerzas militares y la aclamación popular. Se puede dividir también en tres periodos: 

                     o Desde el reinado de Augusto hasta 195 d.C. Dos siglos de oro bajo el régimen de los césares. Es una época de paz y orden con emperadores como Augusto, tiberio, Flavio y Antonio. Otros no tanto y muy particulares como Calígula, Claudio, Nerón y Cómodo. Desde oriente se viene extendiendo el cristianismo. 

                         o 195-285: Anarquía y militarismo corrupción, derrotas en el exterior, los bárbaros van invadiendo el imperio y comienzan las crisis 

                         o 285-476: Dioclesano salva el imperio al dividirlo en su administración dando un aire más oriental. La residencia imperial se trasladó a la región de Asia Menor.En este contexto, una rama del imperio romano (Bizancio) comenzó a tomar fuerza. Desde el 313 a 476 se da el triunfo del cristianismo donde la Roma no cristiana desaparece. 

Así pues, es posible constatar que en la época de Jesús Roma es una ciudad que crea un poderoso estado ecuménico, pero a medida que crece, se evidencia como se agudizan sus problemas. No cabe duda de que el mundo conocido para ese entonces era el imperio romano. 

Éste, a nivel político estaba organizado por provincias (colonias) gobernadas por el gobernador (procónsul) y solo algunos eran ciudadanos romanos. En 211 Caracalla dio derecho de ciudadanía todos los habitantes del imperio. 

El emperador era jefe del senado, del ejército y del pueblo; además de ser cónsul, pontífice, máximo y censor. En los primeros siglos la parte occidental jamás lo vió como un ser divino porque el término augustus (augere) quiere decir “hacer crecer”, por su parte oriente introdujo la sacralización imperial al usar la palabra theibastos (representante de la divinidad) . Cuando un emperador moría era llamado divus, es decir, santo. 

El término pagano o paganismo no tenía ninguna connotación religiosa. Se refería a las personas que vivían fuera de las ciudades en los llamados pagos: tuvo esta connotación a partir de la historia hecha por Osorio, pues al imperio cristianizado, no asistían los pagos al culto. Las primeras comunidades cristianas eran urbanas. 

El imperio era muy religioso, veía las cosas como sagradas y lo divino invadía el mundo, por lo que era importante establecer relaciones con la divinidad. En occidente las relaciones entre hombre y divinidad se daban dentro de términos de comercio y en oriente como búsqueda de la felicidad que no se haya en este mundo (ascesis), las dos eran optimistas y naturalistas. 

Lo anterior nos lleva a comprender que los cristianos en cuanto a lo político no encuentran, en primer momento mucha dificultad, pero en cuanto a lo religioso las cosas eran diferentes, pues a los romanos les era muy difícil aceptar el tema de la encarnación así como dejar de rendir culto a los dioses que le aseguraban el bienestar. 

Filosóficamente en el imperio existían varias corrientes: hedonismo, epicureísmo, eclecticismo y estoicismo, que en más de una vez eran vistos como contrarios a la experiencia cristiana. Sin embargo, corrientes filosóficas como el Estoicismo y Platonismo dejaron huella en la experiencia cristiana. 

Demográficamente se puede constatar que existían epidemias, invasiones, guerras y hasta una insipiente planificación familiar, la contra concepción, el aborto y el abandono de los recién nacidos. 

Moralmente los lujos y las diversiones, espectáculos circenses (allí se da el martirio de muchos cristianos) y luchas de gladiadores, que puede producir repulsa y admiración. Es una parte de la historia, que como afirma Manuel Briceño en su libro los gladiadores de Roma, “desearíamos arrancar del libro de su historia esa hoja que amancilla, con un océano de sangre indeleble,la imagen de aquella civilización magnífica”.  Muy a favor de la experiencia religiosa de los cristianos, fue la unidad del imperio y del mundo conocido, unidad del lenguaje, creencia en un ser supremo a pesar del sincretismo politeísta.

Cf. PATIÑO, José Uriel. Historia de la Iglesia Tomo I. La Iglesia, comunidad e institución protagonista de la historia siglos I-VII, San Pablo, 3ª ed, Bogotá 2009. pp 29-36

Contexto histórico de la Iglesia en los siglos V-VII

El concilio de Calcedonia con el canon 28 originó un problema político al concederle igualdad de privilegios a Roma y Constantinopla y le sumó a esta situación polémicas al interior de la Iglesia como en sus relaciones con el estado. El papa León Magno intervino en esta situación proponiendo el orden divino y el civil, afirmando que en el divino procede lo apostólico y no lo político. 


El interés del emperador por los problemas eclesiales como la unidad, la cohesión orgánica y las misiones originó una especie de teología política, el cesaropapismo bizantino y la disminución de la libertad de la Iglesia frente al estado. Y se funda el precedente q ningún gobierno es señor de la Iglesia, porque solo ella puede legislar en materia de fe, moral y disciplina eclesiástica. 

Los bárbaros 

A la muerte de Teodosio I la división del imperio se marcó mucho más. Sus hijos, Honorio en occidente con sede en Roma, y Arcadio en oriente con sede en Constantinopla, en cuyos territorios se padecía por la presencia de los bárbaros (no hablaban griego ni latín y se ubicaban al norte del imperio romano) y loa que se les hacía frente de con políticas diferentes: occidente los enfrentaba o negociaba con ellos, y oriente los desplazaba hacia occidente; esto ocasionó un distanciamiento político y cultural. Luego de la lenta tolerancia a los bárbaros que se dio con la fijación de tratados y treguas, Occidente finalmente cayó bajo su dominio. Por ser pueblos sacrificados, física y espiritualmente sanos, con una cultura propia el nace de esta mezcla la cultura occidental cristiana. 

La caída de Roma 

A la muerte de Honorio (423) ocurrieron una sucesión de hechos lamentables para el imperio: la coronación de un emperador no idóneo, la llegada de desmedida de los bárbaros a Italia, hasta el punto de que algunos fueron vinculados al ejercito; la pérdida del dominio en el Mediterráneo por parte de Roma, la incapacidad de algunos emperadores de ejercer su autoridad y la intervención de oriente en occidente. 

La caída del imperio en occidente trajo como consecuencia la aparición de nuevos reinos que obligaron una conformación territorial a base de invasiones y migraciones que introdujo el cambio del mundo antiguo al medieval. Junto a estas realidades se ubica la progresiva barbarización de occidente, que con el paso de los siglos dio origen a una nueva identidad histórica. 

Después de valentiniano III, los emperadores no fueron más que sdombras que ya no ejercían el poder efectivo; tal era la situación, que los invasores derribaban y ponían a los emperadores que eran como juguetes en sus manos. En el 476 las fuerzas imperiales fueron vencidas en Piaccenza por los Hérulos al mando de Odoacro, después Romulo II Augusto, hijo de Orestes, fue depuesto y confinado a Nápoles y Odoacro se proclamó rey; y así, se produjo la caída de Roma, que después de una serie de sucesos, se ha podido tomar esta fecha como el punto de quiebre para la historia del imperio de occidente. 

Por su parte, el imperio de Oriente no cayó por algunas razones: una política diferente frente a los bárbaros, la estratégica fortificación de algunas ciudades, como es el caso de la doble muralla de Constantinopla lo cual le permitió resistir hasta 1453 cuando cayó en poder de los turcos. 

La irrupción del Islam 

El soporte histórico, político y religioso de esta época está permeado completamente por la conciencia de la sumisión a Dios. La doctrina propuesta por Mahoma se inserta en las grandes religiones monoteístas de libro: un solo Dios, Alá; un profeta, Mahoma; un libro, el Corán (que contiene doctrinas monofisitas, nestorianas y docetas), código religioso y político con disposiciones precisas en sus 114 suras. 

Las luchas internas en los grupos árabes causadas por las traiciones cometidas por Bizancio y Persia, generó un vacío que fue colmado por las enseñanzas de Mahoma y bajo estas se logró la pacificación de las tribus árabes creando un solo pueblo bajo una fe que con inusual fuerza se extendió por el oriente medio, que en algunas regiones del imperio romano fueron vistos como libertadores por la propuesta de su monoteísmo intransigente, conformismo político y religioso sin posibilidad de oposición, fideísmo, fatalismo, y combinación de fe, ley y nación. A lo que se le sumó el desgaste de los imperios mencionados a causa de los largos periodos de guerra. 

La conquista árabe significó pérdida de inmensos territorios, provincias cristianas, lugares de peregrinación y grandes centros intelectuales; el fin de aquella ficción “un imperio, una Iglesia”; y la adquisición de una mayor homogeneidad de la Iglesia ortodoxa de oriente. El problema fundamental, más allá de las connotaciones políticas, consiste en reto típico de una mentalidad semita que esta nueva religión supuso para el cristianismo. 

Los cristianos en el mundo islámico en el siglo VII vivían en un ambiente de tolerancia siendo incluso aceptados para cargos administrativos; con el tiempo y ante la resistencia cristiana, algunos templos cristianos fueron convertidos en mezquitas. De esta manera la conquista árabe significó la pérdida de inmensos territorios, provincias cristianas, lugares de peregrinación; y el fin de aquella ficción (un imperio, una iglesia) dando así una mayor homogeneidad de la iglesia de oriente. 
Cf. PATIÑO, José Uriel. Historia de la Iglesia Tomo I. La Iglesia, comunidad e institución protagonista de la historia siglos I-VII, San Pablo, 3ª ed, Bogotá 2009. pp 201-211.

La Iglesia bizantina

Dividido el imperio, la Iglesia también comenzó a perfilarse por caminos diferentes. Esta parte oriental del imperio romano, más o menos a partir de la segunda mitad del primer milenio se vio sujeta a cambios internos como las herejías y los cismas, y los externos fueron todas aquellas amenazas y batidas persa, islámica, mongolas, búlgaras y magiares y las incursiones de los pueblos eslavos. 

Polémica religiosa y política 

Con la aprobación de la importancia de Constantinopla en el canon 28 del concilio de Calcedonia, al conferirle autoridad al obispo de consagrar a los metropolitanos de las diócesis del Ponto y las provincias de Asia Menor y Tracia, comenzaron los problemas porque ya Constantinopla poco contaba con Roma para solucionar las dificultades. En el fondo se capta la lucha por la primacía entre Roma y Constantinopla, la incomprensión de la situación de oriente y los intereses políticos. Todo ello se une a una sola realidad: el fortalecimiento de la Iglesia bizantina que solo tendría una relación formal con Roma por diferencias culturales y políticas. Se ve así la lucha de intereses creados, poder y autonomía. Por otro lado, según la concepción oriental, Roma estaba gobernada por un bárbaro, lo cual hería el sentido romano de aquella parte del imperio. 

El gobierno de Justiniano 

Los emperadores Justino I y Justiniano II desempeñaron con autoridad sus mandatos, lo que les trajo interminables problemas por su marcado ánimo de dirigir. La emperatriz Teodora tenía una manera diferente de gobernar, con esto surgen dos políticas: una a favor de los ortodoxos y otra a favor de los monofisitas. Estos dos emperadores mostraron un profundo deseo de acabar con el cisma acaciano, aprobando definitivamente a Calcedonia y restableciendo relaciones con Roma donde Hormisdas era el Papa (514-523). 

La alianza entre el Papa y el emperador creó dificultades. En el ámbito religioso y debido a la falta de influencia romana en Alejandría, la Iglesia egipcia terminó por separarse. 

Justiniano sucedió a Teodorico, quien dio inicio a un período particular en la Iglesia: “Un imperio, una Iglesia fuera de la cual no hay salvación ni esperanza en la tierra, y un emperador cuya solicitud es la salvación de esta Iglesia”; el emperador hace que todo dependa de él. Con esta actitud centralista se da el ascenso del pontificado, el proceso catequético y sacramentalizador, entre otras situaciones. La legislación eclesiástica de Justiniano regulaba la vida eclesial, de tal manera que el emperador servía a la Iglesia y ésta tenía que servirle a él. Así los obispos se vieron envueltos en tareas de representación al servicio del estado y a favor de la comunidad, lo que permitió que terminaran siendo señores feudales. En general las normas dadas por Justiniano fueron provechosas, y considerándose así mismo como sumo sacerdote, en el contexto de las relaciones Iglesia- estado, se convierte en el consumador del eclesialismo constantiniano. 

El camino hacia Constantinopla III 

Con Justino II (565-568) reverdeció el monofisismo con la publicación de un edicto que condenaba los tres capítulos y apareció la distinción mental de las dos naturalezas con lo que comenzó el monoenergetismo y el monotelismo. 

El concilio III de Constantinopla condena el monotelismo, reafirma los cinco concilios anteriores y define que en Cristo hay dos voluntades y dos operaciones para la salvación del género humano, concluyendo así un largo proceso de elaboración de la dogmática sobre cristo. Este concilio es fundamental por ser el punto final de un proceso de discusiones cristológicas, aclarando una serie de términos que provocaban algunas controversias y ofreciendo una dogmática cada vez más esquematizada. 

En el 692, el emperador Justiniano II (685-695; 705-711) convoco otro concilio en Constantinopla, el llamado segundo trullano, porque se reunió en la sala de los trullos del palacio imperial o quinisexto para integrar los dos concilios anteriores; solo trato asuntos orientales y en varios cánones mostró aversión hacia Roma. Con este concilio hay problema porque para oriente es válido pero para occidente no. 
Cf. PATIÑO, José Uriel. Historia de la Iglesia Tomo I. La Iglesia, comunidad e institución protagonista de la historia siglos I-VII, San Pablo, 3ª ed, Bogotá 2009. pp 201-211.

El nacimiento de las iglesias nacionales

Los problemas religiosos, teológicos y políticos repercutieron al interior de la Iglesia dando origen a las iglesias nacionales en los territorios fronterizos del imperio bizantino; algunas de estas iglesias aun existen y forman parte de la Iglesia católica. Estas iglesias nacieron por el deseo de los reyes que también deseaban independizarse del poder imperial. 

Estas iglesias conforman 4 tradiciones: La Caldea (nestoriana) y las tres monofisitas (copta, siria y armena) que junto con la bizantina conforman las 5 tradiciones orientales existentes. 

la Iglesia nestoriana (Asiria de oriente) 

Esta Iglesia nació en el marco de las disputas nestorianas entre Alejandría y Antioquía y la condena de Teodoro de Mopsuestia de la escuela de Edesa en Siria. En el sínodo del 612 adoptaron oficialmente la fórmula de fe nestoriana de Babai el Grande: dos naturalezas (fisis), dos existencias completas (hipóstasis) y una persona (prosopón). 

Los nestorianos no estaban dispuestos a asumir el término “Madre de Dios” del 431; por ello esta Iglesia se vio obligada a llevar una vida propia encerrada y con tendencia oriental. 

La Iglesia copta (copta-etíope ortodoxa) 

Su nacimiento sería del 536 cuando Justiniano dio por terminada su política monofisita, pero su presencia es anterior porque su gestación comenzó hacia el 451 con la resistencia de Calcedonia en el patriarcado de Alejandría con Timoteo Eluro, Pedro Mongo, Severo y Juliano de Halicarnaso, quienes ayudaron a su consolidación frente a Constantinopla, ciudad con la que siempre había una pugna por el canon 3 de Constantinopla y el canon 28 de Calcedonia. 

En el origen y formación de la Iglesia copta cuentan cuatro elementos: la sistemática oposición a Calcedonia en cuyas determinaciones veían una condena a Cirilo de Alejandría, un cierto orgullo nacional que fue herido por el canon 28 de Calcedonia, la indescriptible unidad entre el patriarca y el pueblo ya que el pueblo veía en el patriarca un líder nacional y la presencia del monaquismo columna vertebral de la oposición monofisita. Esta forma de actuar los conducía a un progresivo alejamiento de la Iglesia, lo cual se afirmaba a través de una confesión especial y el monofisismo era el más indicado; esta forma de ser, unidad a la fe fue propagada a través de la literatura y las misiones. 

La literatura copta, idioma egipcio con letras griegas, es religiosa y monacal; presenta: hagiografía, reglas monásticas, sentencias de monjes; escasa tendencia hacia la historia y las crónicas, lo cual es normal si se tiene en cuenta que los monjes estaban cerrados en relación al mundo y querían la deshelenización de Egipto. Las misiones coptas se extendieron hacia Nubia y Etiopía, regiones que vieron florecer el cristianismo monofisita; en el éxito de estas misiones cuenta la orientación de estas regiones hacia Alejandría. 

La Iglesia jacobita (siro ortodoxa) 

Su nacimiento está relacionado con la presencia del patriarca alejandrino Teodosio en Constantinopla y su destierro (536-556), quien en el 542 pos solicitud de la emperatriz Teodora consagró como obispos monofisitas para la región de Siria a Teodoro de Arabia Jacobo Baradeo (+578). 

Con la presencia de los persas de Cosroes II en territorio bizantino, los jacobitas lograron establecerse en Persia a través de Heraclio (610-641) y la llamada unidad de fe bajo la fórmula monoenergética, que no fue aceptada, se inició una especie de persecución que fracasó por la presencia de los musulmanes con quienes los monofisitas establecieron relaciones políticas. Esta Iglesia nació en la sombra y en ella permaneció hasta el 720, cuando el patriarca jacobita pudo llegar a la sede de Antioquía. Al igual que en la Iglesia copta, en la jacobita los monjes también desempeñaron un importante papel. 

Lo característico de esta Iglesia es la resistencia a Calcedonia siguiendo el ejemplo de Severo de Antioquía, su padre teológico; la diferencia lingüística; y una cierta resistencia al imperio. La diferencia más profunda fue la lingüística; en este idioma sobresalen: Janea de Mabbug (+ 523), Jacobo de Sarung (+ 521), Juan de Edesa (+586) autor de la historia de la Iglesia en Siriaco y de una colección Hagiográfica, Jacobo de Edesa (+708) autor de la más antigua gramática Siriaca, gracias a este idioma, el Islam tuvo acceso a la cultura del Mediterráneo. 

La iglesia armena (armena ortodoxa) 

Esta Iglesia de ascendencia jacobita nación como consecuencia de un doble movimiento: por un lado el vaivén dominador entre Bizancio y Persia. 

Con Nerses el grande (+ 373), bisnieto de Gregorio el iluminador y organizador de la Iglesia Armena, comienza su historia en la región de Capadocia donde las rivalidades entre Cesárea de Tyana condujeron a la separación y autonomía eclesiástica de Armenia, pero sin ninguna importancia confesional. 

Con la presencia de los musulmanes, a partir del 640, y un nuevo sínodo Dvin bajo el patriarca Nerses III (648-649), que rechazo definitivamente a Calcedonia, se llego a la autonomía definitivamente; Constante II hacia el 654 hizo un intento de ganarse esta Iglesia a la unidad imperial pero fracasó. 

Para concluir este apartado las iglesias nacionales nacieron en el transcurso de tres siglos (del V al VII) en el marco de las cuestiones políticas del imperio bizantino y las diferencias dogmáticas en relación a Éfeso y Calcedonia. 
Cf. PATIÑO, José Uriel. Historia de la Iglesia Tomo I. La Iglesia, comunidad e institución protagonista de la historia siglos I-VII, San Pablo, 3ª ed, Bogotá 2009. pp 228-236.

Elementos eclesiales de la Iglesia bizantina en los siglos V al VII

El canon 28 de calcedonia, que habla de la importancia de Constantinopla en relación a los patriarcados de oriente y las ciudades autónomas es decisivo para la organización de la iglesia oriental porque Constantinopla adquirió mucha importancia h asta el punto que el primado romano quedaba en la sombra ya que se hacia referencia a roma en casos extremos o como mención honorifica. 

La estructura primado, patriarcados, arzobispados autocéfalos, diócesis sufragáneas, origino una estructura centralista, el germen de la división del 1054 y la aparición de iglesias nacionales. Además d la organización, el desarrollo y las disputas dogmáticas está la liturgia bizantina, las liturgias de Basilio y Juan Crisóstomo, cuya expresión más típica es el trisagio. 

El monacato bizantino 

Egipto como cuna y palestina como meta de las peregrinaciones a los lugares santos, son los centros monacales por excelencia, a partir del siglo IV; ambos monacatos son diferentes ya que el palestino es más abierto y de mayor nivel intelectual. 

El 405 a Constantinopla. En el siglo VI ya había un monasterio en Tesalónica. En máximo el confesor la mística monástica alcanzo una altura de síntesis que no se logrará en tiempos posteriores. 

Los cánones de calcedonia sobre la vida consagrada dan a entender que es una institución de derecho público; pero esto no disminuye en nada el hecho de ser más un movimiento que una institución, ya que se es monje por convicción y no por imposición. 

La actividad misionera 

La situación teológica hizo que existiesen tantas expresiones misioneras como líneas teológicas cristianas; además, la religión y la política iban de la mano en algunos sectores del proceso evangelizador que muchas veces se vio reducido porque lo político prevalecía, sin contar que en aquel entonces “mundo romano” y “ecúmene cristiana” eran conceptos relacionados. 

En la época de Justiniano se dio un impulso misionero; en esta oportunidad era más importante la política que la misión; por ello se puede hablar de una política misionera con lo que la evangelización se convertía en una conquista. 

La literatura teológica y religiosa 

Durante este periodo existe mucha repetición y poca creación, porque lo más importante era acercar los dogmas a los fieles; aunque las luchas dogmáticas desde finales del siglo V hasta la irrupción del islam son un tanto violentas, no sirvieron para que este periodo fuera de teología clásica, sino un periodo en el que se presentan múltiples filosofemas aristotélicos para justificar l las distinciones y se da un paso para dejar el latín clásico al tiempo que se optaba por tesis y antítesis mas barrocas que precisas. 

Máximo el confesor, a quien se le debe en el contexto de la disputa monoenergética, la creación de los presupuestos necesarios para captar el meollo del problema; es, en el ámbito bizantino el maestro de la mística de la cruz al sostener que Cristo doliente y glorificado reunió todos los contrastes en una unidad definitiva. 
Cf. PATIÑO, José Uriel. Historia de la Iglesia Tomo I. La Iglesia, comunidad e institución protagonista de la historia siglos I-VII, San Pablo, 3ª ed, Bogotá 2009. pp 236-243.

La iglesia latina en los siglos siglo V y VII

Al interior de esta experiencia eclesial se presentan dos hechos relacionados. Por un lado las migraciones de los pueblos germánicos y eslavos de oriente a occidente que acabaron con el imperio romano originando reinos independientes. Por otro lado, las migraciones árabes arrasaron la cultura romana occidental, tanto en África como en parte de Europa. A ello se le suman las migraciones de los vikingos procedentes del norte que también dieron su aporte al cambio. Además, la iglesia tuvo que entrar en contacto con las transformaciones religiosas del occidente barbárico con religiones indoeuropeas, celtas y germánicas, esta ultimas ya convertidas al arrianismo. 

El cristianismo norafricano 

Se retoma la historia d esta parte de la iglesia a comienzos del siglo V con Agustín de Hipona, a quien se le debe que el donatismo, que aun existía, estuviera un poco relegado, gracias a los aportes del sínodo de Cartago del año  411. 

Los vándalos, barbaros con confesión cristiana arriana, irrumpieron en África procedentes de Europa hacia el 429 bajo el mando de Genserico (428-477); a partir de este momento comenzó un periodo de opresión y persecución para la iglesia en el norte de África que ocasiono grandes daños materiales y morales. 

La máxima expresión de esta persecución fue el odio con que Cartago fue tratada una vez cayó en su poder (439); cuando desterraron a su obispo Capreolo y al clero, comenzó la caída de esta diócesis ya que su nuevo obispo Deogracias solo pudo ser nombrado 15 años después (454-457); luego de él, Cartago estuvo 24 años como sede vacante. 

En lo teológico la iglesia africana no acepto el monotelismo ya que conocía el pensamiento de máximo El Confesor por la disputa contra Pirro realizada en Cartago (645); además, varios obispos africanos asistieron al sínodo de Letrán (649) en el que el papa Martin I lo reprobó; pero, el monotelismo tuvo sus manifestaciones cuando llegaron Cristianos de oriente que venían huyendo de la invasión islámica. 

A partir de 647 comenzaron las invasiones musulmanas en norte de África; en 697 bajo Hassan, conquistaron Cartago y en 709 el norte de África, excepto Ceuta, estaba en manos musulmanas. Con esta invasión el cristianismo norafricano entro en su ocaso por la expresión dl Islam y aunque se puede suponer una cierta tolerancia, muchos cristianos optaron por emigrar hacia Italia o las Galias. A pesar de ello, siguieron existiendo pequeños grupos de cristianos en medio del mundo musulmán. 

Hacia el nacimiento de Europa 

El cristianismo tomo cuerpo en los confines del imperio con líneas concretas: los pueblos germanos (visigodos, ostrogodos, lombardos, burgundios, vándalos y francos) y los pueblos insulares (celtas, anglosajones etc.) dando origen a la “ecúmene occidental” sobre la base de la fe y la cultura latino que estuvo en vigor hasta comienzo del siglo XVI cuando se presentaran las rupturas de Lutero, Calvino, Enrique VIII y la respuesta de la iglesia cristiana católica con el concilio de Trento (1545-1563) a las diferentes reformas religiosas que ayudaron a fortalecer la respuesta tridentina, que orientó el pensamiento eclesial hasta la segunda mitad del siglo XX 

Europa insular 

En lo referente a Irlanda y Escocia, su evangelización comenzó con los prisioneros de guerra británicos. En el 431 ya se hablaba del primer obispo de esta regio, Paladio, quien hacia el 429 aparece como diacono; el envío de este obispo a Irlanda esta en conexión con el envío de German de Auxerre a Inglaterra para combatir el pelagianismo. 

El apóstol fue San Patricio (397-460) quien, procedente de una acomodada familia anglo romana fue hecho prisionero y vendido como esclavo en Irlanda, de allí escapó y retornó a su patria para regresar a Irlanda como obispo misionero (432-460) evangelizando el norte, a partir de Armagh, mientras el Paladio evangelizaba el sur. 

La influencia monacal, unida a las invasiones celtas, permitió que el desarrollo de la cultura fuera básicamente eclesial practicando la exegesis, la gramática y el cálculo (computus); además del aspecto cultural, los monasterios eran centros manufactureros y económicos donde se practicaba la caridad; en el fondo los monasterios eran pequeñas ciudades. 

Por su origen, la iglesia anglosajona era más romana que la de francos, godos y lombardos, prueba de ello es el especial significado que adquirió la fiesta de San Pedro, el ponerse de parte de Roma en la disputa monotelita era una iglesia nacional como todas las demás pero particularmente ligada a Roma porque, exceptuando el caso de Teodoro Tarso, los obispos eran anglosajones desde mediados del siglo VII. 

Europa continental 

Las sucesivas oleadas misioneras alcanzaron las regiones del Rin, Alemania y Baviera (siglo VI-VII) gracias al impulso misionero y a los reyes merovingio quienes promovieron directa o indirecta mente la restauración eclesiástica y la misión; esta situación permitió que los misioneros fueran vistos como emisarios políticos de los reyes. 

En la conversión y “unificación” de estos pueblos contaba mucho la superstición, los milagros de los santos, las proezas escépticas, las obras de misericordia; una vez convertidos expresaban sus asentamientos a través de la profesión de fe, el culto y la piedad. 

El afianzamiento de la iglesia en el ámbito visigodo fue posterior, pero comenzó a darse la unidad entre iglesia y reino, después aparecieron los matrimonios políticos y finalmente la organización de una iglesia nacional que unifico a godos y suevos en una sola iglesia. 

Cf. PATIÑO, José Uriel. Historia de la Iglesia Tomo I. La Iglesia, comunidad e institución protagonista de la historia siglos I-VII, San Pablo, 3ª ed, Bogotá 2009. pp 244-260.

Elementos de la experiencia eclesial Latina

        Organización eclesial 

Se crearon los vicariatos pontificios en los cuales los obispos asumieron un crecido poder. Hispania, Arlés y Tesalónica son los ms nombrados.

Hispania comenzó su vicariato con Zenón de Sevilla quien obtuvo especiales poderes del papa Simpliciano o Simplicio (468-483).

El vicariato de Arles se remonta a Zósimo (417-418) siendo confirmado por Leon I (44-461) e Hilario (461-468), quien esperaba los informes correspondientes; el vicario debía celebrar sínodos y otorgar cartas de recomendación para los eclesiásticos galos que iban de viaje.

Después de un breve periodo de esplendor, aparecieron las sedes de Lyon y Autun que fueron adquiriendo mayor importancia que Arles, con lo que este vicariato fue lentamente decayendo.

Las parroquias, que no eran muy numerosas, eran centro de reunión y puntos desde donde se impulsaban las misiones; también se comenzó a organizar la atención pastoral a los cristianos con sus exigencias propias y una cierta formación para los pastores en las escuelas parroquiales; alborozos de seminarios e internados.

       La jerarquía

                   El Pontificado

Hilario (461-468), sucesor de León magno, continuo con el entendimiento con el oriente cristiano pero se insinuó el problema con los germanos arrianos quienes erigieron el templo Santa Águeda de los Godos en Roma; en su empeño por la unidad episcopal intervinieron en las disputas entre galos y españoles.

Glaucio I (492-496)también tuvo como meta la liberación de la iglesia en su primera comunicación con el emperador Anastasio (491-418) fue claro e intransigente al hablar de la misión y el rango de los dos poderes, sosteniendo la primacía de Roma y su misión de manera pura la fe.

Bajo Anastasio II (496-498) la relación entre Roma y Bizancio cambio porque este papa fue benévolo con Acacio y su ministerio; esta actitud origino el cisma Laurenciano en Roma que entorpeció la actividad de la santa sede.

Para Hormisdas (514-523) la reconciliación con oriente era vital y contó con el cambio de política en Bizancio donde el descontento por el monofisismo era manifiesto. Fue autor de la regula fide o fórmula hormisda para entablar negociaciones, pero como la política cambio todo se derrumbó.

Con Juan I (523-526) comienza una serie de pontificados breves en medio de una católica lucha entre Bizancio y los ostrogodos con lo que el apoyo de accidente desapareció porque Teodorico un arriano que permitía el catolicismo se dio cuenta de que en oriente un rey cristiano (Justino y Justiniano) no permitía el arrianismo.

Juan II (533-535) nombrado por voluntad del rey gogo Atalarico fue el primer papa que cambio de nombre; se dejo ganar para la fórmula teopasquista que pregonaba Justiniano en su afán unionista y comenzó la dependencia del papado frente al imperialismo bizantino.

Virgilio (537-555) tuvo que sufrir la diputa de los tres capítulos y fue maltratado en oriente; recibió, como cuenta de cobro por su tratado a Silverio, muy poco apoyo de accidente.

Gregorio Magno (590-604) biznieto de Félix III, fue un pontífice que paso a la prosperidad como figura ideal de papa. Supo llevar las relaciones políticas con el imperio, no en vano procedía de familia senatorial; a él se le deben las bases del cambio del protectorado bizantino por le germánico.

Sobre la cuestión del patriarca ecuménico de Constantinopla no gasto mucha fuerza ya que prefería el titulo de servum servorum, Dei que después adoptó la cancillería pontificia. Su grandeza radica en la acción pastoral: la infatigable acción caritativa, la reforma del clero, la reforma de los monjes (Moralia en Job y Homilías sobre Ezequiel y la misión entre los anglosajones. Se dice de él: “junto a la habilidad diplomática y la representación soberana también mostraba la grandeza del corazón”; elevo el pontificado a un alto nivel incluso por encima de la más importante figura política de Italia (el Hexarca de Ravena).

                    El clero

Formación, moralidad, y celibato son los puntos centrales; varias disposiciones sinodales estaban encaminadas hacia esos fines, aunque también se habla de la economía, los privilegios y deberes.

La formación era una gran preocupación pero insuficiente porque basaba con leer y predicar, hacia el siglo VI un gran número de párrocos no estarían en capacidad para participar en discusiones teológicas. Había preocupación pero no existían los medios necesarios para lograrlo.

La moral de los cleros era un tema muy delicado; se les prohibía cazar y tener perros de caza, tener negocios de préstamos, levar armas emprender viajes sin la respectiva carta de presentación o salvo conducto.

       El monacato latino

Eremitismo y cenobitismo se desarrollaron durante este periodo en sitios aislados y presentan una legislación tanto interna como externa para regular su vida hasta llegar a las excepciones conventuales.

En Italia el monacato aumento considerablemente debido a la persecución africana; en este país aparecieron numerosas reglas, entre las cuales brillan la Regula Magistri (R M) y la regla de San Benito (R B) la cual, sin entrar en pormenores de critica textual, es la regla más coherente y armónica entre todas las entonces existentes porque trata el monaquismo a la luz de algunos temas básicos.

En Hispania también se propago el monacato después de las invasiones godas; Leandro e Isidoro de Sevilla junto a Martin de Braga, quien difundió la espiritualidad de los padres del desierto son los más ilustres legisladores de este monacato que tenía en la tendencia a lo intelectual un rango característico.

       Acción pastoral

Por lo que se refiere a lo pastoral la predicación ocupa un importante lugar con lo que nacieron los cermonarios; en Las Galias Cesáreo de Arlés hizo colecciones de homilías de las cuales se puede deducir el nivel moral y cultural de los oyentes; en Hispania, Martin de Braga escribió Correctio rusticorum, un manual de predicación que ofrece un modelo para las homilías de las visitas pastorales.

      Discusiones teológicas

El arrianismo fue duro rival para la fe cristiana católica que tuvo que hacer esfuerzos intelectuales para lograr una adecuada intelección de la doble naturaleza de Cristo. En la lucha contra el arrianismo se dieron algunas notas de la legislación disciplinar penitencial y litúrgica de arios concilios regionales, que son básicas para captar la magnitud de la disputa.

Fulgencio se opuso decididamente a la fe arriana defendida en la profesión de fe Homousiana antinicena de Seleucia-Rímini. En el pensamiento de este santo obispo hay una cristología en ciernes porque los conceptos actuales de persona, procesión y trinidad no estaban tan delineados como hoy.

      La literatura cristiana

Este periodo es de decadencia, en él se encontraron hombres que trataron de salvar lo valioso con el deseo de hacer una síntesis de la fe y el pensamiento recibido por tradición; pero aunque sea un periodo de decadencia, no se puede olvidar que los autores de los siglos V a VII, tanto orientales como occidentales conformaron una especie de eslabón entre la antigüedad y el Medioevo, máxime cuando entre los siglos V y X (450-950), se presento una oleada de espíritu místico en el mundo, tanto cristiano como no cristiano, dando una alfabetización religiosa en la cual se transmite la herencia de la antigüedad y las estructuras sagradas comenzaron a darle a los pueblos una cierta orientación cultural donde la experiencia religiosa es fundamental.
Cf. PATIÑO, José Uriel. Historia de la Iglesia Tomo I. La Iglesia, comunidad e institución protagonista de la historia siglos I-VII, San Pablo, 3ª ed, Bogotá 2009. pp 260-275.

Papas de la antigüedad cristiana s. I-VII


San Pedro 

Nació en Betsaida en Galilea. Recibido de a Jesucristo la suprema pontificia potestad de transmitir a sus sucesores. Instituyó el primer orden eclesiástico y la oración del Padrenuestro. Arrestado quiso ser crucificado hacia abajo. Murió 3l 29 de junio del año 67. 

San Lino 

De Volterra. Elegido en el año 67, murió el 23 de septiembre del año 76. Enterrado cerca de san Pedro. Creó los primeros quince obispos. Ordeno que las mujeres entraran en el templo con la cabeza cubierta. Durante su pontificado fueron martirizados los evangelistas Marcos y Lucas. 

San Anacleto 

Romano. Elegido en el año 76, murió en el año 88. Mártir. Fijo las normas para la consagración de los obispos. En el Vaticano, cerca de la tumba de Pedro, hizo construir un oratorio destinado a la sepultura de los mártires. Prescribió la forma de los hábitos eclesiásticos. 

San Clemente 

Romano. Elegido en el año 88, murió en el año 97. Exiliado por el emperador Trajano del Ponto, fue arrojado en el mar con un áncora al cuello. Restableció el uso de la confirmación según el rito de San Pedro. Empieza a usarse en las ceremonias religiosas la palabra Amén. 

San Evaristo 

Griego. Elegido en el año 97, murió en el año 105. Dado que los cristianos aumentaban dividió la ciudad en parroquias. Instituyo las primera siete diaconías que confío a los sacerdotes mas ancianos, originando el actual Colegio Cardenalicio. 

San Alejandro I 

Romano. Elegido en el año 105, murió en el 115, fue discípulo de Plutarco. Se le atribuye la institución del agua bendita en las Iglesias y las casas y la disposición de que la hostia fuese hecha exclusivamente con pan ácimo. 

San Sixto 

Romano. Elegido en el año 115, murió en el año 125. Enterrado en la Acrópolis de Alatri (Frosinone). Prescribió el retazo del Cáliz fuese de lino y ordenó que el cáliz y paramentos sagrados fuesen tocados solamente por los sacerdotes. 

San Telesforo 

Griego. Mártir. Elegido en el año 125, murió el año 136. Compuso el himno Gloria un Excelsis Deo e instituyo el ayuno durante las siete semanas antes de Pascua. Prescribio que en la noche de Navidad casa sacerdote pudiera celebrar tres misas. Introdujo en la misa nuevas oraciones. 

San Higinio 

Ateniense. Mártir. Elegido en el año 136, murió en el año 140. Determino varias atribuciones del clero y definió los grados de la jerarquía eclesiástica. Instituyó el padrino y la madrina en el bautismo de los recién nacidos para guiarlos en la vida cristiana y decretó que las Iglesias fueran consagradas. 

San Pio I 

Nació en Aquileya. Mártir. Elegido en el año 140, murió en el año 155. Se le atribuye la fecha de la celebración de la Pascua el domingo después del plenilunio de marzo. Importante sus normas para la conversión de los judíos. Combatió aj hereje Marción. 

San Aniceto 

Nación en Siria. Mártir. Elegido en el año 155, murió en el año 166. Promulgo un decreto que impedía al clero dejarse crecer el pelo. Confirmo definitivamente la celebración de la Pascua en domingo, según la tradición de Pedro. 

San Sotero 

Nación en Fondi. Elegido en el año 166, murió en el año 175, se le conoce como el Papa de la Caridad. Prohibió que la mujeres quemaran el incienso en las reuniones de los fieles . Confirmo que el matrimonio es un sacramento y sin ningún valor si no ha sido bendecido por un sacerdote. 

San Eleuterio 

Nación en Nicopolis en Epiro. Mártir. Elegido en el año 175, murió en el año 189. Mando a Fugació y a Damián a convertirlos bretones. Suprimió algunas costumbres hebreas sobre la pureza e impureza de las comidas a las cuales los cristianos le deban gran importancia. 

San Víctor I 

Nació en África. Elegido en el año 189, murió en el año 199. Estableció que para el bautismo en caso de urgencia su pudiese usar cualquier agua. Fue memorable su lucha contra los obispos de Asia y África, para que la Pascua se celebrar según el rito romano y no según el rito hebreo. 

San Ceferino 

Nació en Roma. Mártir. Elegido en el año 199, murió en el año 217. Establecio que los jóvenes después de los 14 años hiciesen la comunión en la Pascua. Su Pontificado se caracterizó por duras luchas teológicas. Excomulgo a Tertuliano. Introdujo el uso de la patena y del cáliz se cristal. 

San Calixto I

Nació en Roma. Mártir. Elegido en el año 217, murió en el año 222.Mando construir las famosas catacumbas de la Vía Appia donde fueron enterrados 46 Papas y unos 200.000 mártires. Bastonado a muerte fue arrojado en un pozo donde hoy la Iglesia de Santa María en Trastevere. 

San Urbano I 

Nació en Roma. Martir. Elegido en el año 222, murió en el año 230. Convirtió al cristianismo a santa Cecilia en el 230, en el lugar del martirio hizo construir en Trastevere el templo donde reposan los restos de la santa patrona de los músicos. Admitió que la Iglesia adquiriese bienes. 

San Ponciano 

Nació en Roma. Elegido el 21 de agosto del año 230, murió el 28 de septiembre del 235. Ordenó el canto de los salmos y la recitación del Confiter Deo, antes de morir y el uso del saludo Dominus Vobiscum. Deportado y condenado a las minas de Cerdeña. Murió de sufrimientos en la isla Tavalora. 

San Antero 

De la Magna Grecia. Elegido el 21 de diciembre del año 235. Sufrió el martirio por orden del emperador Máximo, un bárbaro de Tracia. Ordenó que las reliquias de los mártires fuesen recogidas y conservadas en la Iglesia en un lugar llamado Scrinium. 

San Fabián 

Nació en Roma. Mártir. Elegido el 10 de enero del año 236 murió el 20 de enero del 250. Una paloma símbolo del Espíritu Santo se poso sobre su cabeza en el momento de su elección. Bajo su reinado, se verifico el éxodo de Roma a causa de las persecuciones por parte de Deció, que dio inicio con los “anacoretas” la vida eremita. 

San Cornelio 

Nació en Roma. Mártir. Elegido en marzo del año 251, murió en junio del 253. Bajo su pontificado se efectuó el primer cisma con la elección del antipapa Novaciando que en un concilio celebrado en Roma fue excomulgado. Murió en exilio a Civitavecchia por no haber sacrificado a los dioses paganos. 

San Lucio I 

Nació en Roma. Mártir. Elegido el 25 de junio del año 235, murió el 5 de marzo del 254. De rigurosas costumbres prohibió la cohabitación entre hombre y mujeres que no fuesen consanguíneos, impuso a los eclesiásticos la no convivencia con las diaconizas que daban hospitalidad por sentimientos caritativos. 

San Esteban 

Nació en Roma. Mártir. Elegido el 12 de mayo del año 254, murió el 6 de agosto del 258. De carácter bondadoso soluciono las discordias que habían atormentado la Iglesia durante los pontificados de Cornelio. Lucio y Esteban. Efectuó la traslación de los restos de san Pedro y san Pablo. Durante el martirio de Cipriano empezó a pronunciarse la exclamación Deo gratias 

San Dionisio 

Nacio en Turio. Elegido el 22 de julio del año 259, murió el 26 de diciembre del 268. En su tiempo los barbaros se acercaban a las puertas del Imperio Romano. Elegido después de un año del predecesor a causa de las persecuciones, reorganizó las parroquias romanas y obtuvo de Galieno libertad para los cristianos. 

San Félix 

Nació en Roma. Elegido el 5 de enero del año 269, murió el 30 de diciembre del 274. Afirmó la divinidad y humanidad de Jesucristo y las dos naturalezas distintas en una sola persona. Padeció la persecución de Aureliano. Comenzó a enterrar a los mártires bajo el altar y a celebrar la misa sobre sus sepulcros.